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M O Q A W A M A

Eurasia-Islam: alternativa revolucionaria al sistema

 

Maurizio Lattanzio

El presente texto es una traducción extractada de la ponencia central defendida por nuestro habitual colaborador italiano, Maurizio Lattanzio,en el curso de un congreso político celebrado en 1994. En él se dibujan las líneas fundamentales del proyecto político-cultural "Eurasia-Islam", basado en la centralidad geopolítica, militar y espiritual de la República Islámica de Irán, y concebido como herramienta de combate para la aniquilación del Sistema judeomundialista en su fase actual de desarrollo.

 

El Islam es una forma tradicional legítima y ortodoxa que permite, en el actual crepúsculo del ciclo cósmico y en conformidad con las respectivas ecuaciones personales y comunitarias, tanto a los individuos como a los pueblos, la participación espiritual en la dimensión intemporal de la Tradición Única.

Sobre el plano específicamente político, el Islam expresa valores tradicionales que se han "actualizado" en el marco de regímenes revolucionarios nacionalpopulares. Estos, desde 1945 hasta hoy, se han enfrentado y se enfrentan, política y militarmente, a las líneas de expansión neocolonialista del poder mundialista. El Islam ha combatido contra los USA, contra Israel y, hasta ayer, contra la URSS. Porque un hecho es incontestable: el Islam cumple actualmente la función de imprescindible "polo" de referencia estratégica internacional en el ámbito de toda propuesta táctica realista de lucha nacional y popular antimundialista. No puede prescindir de él. El Islam es la guía revolucionaria de los pueblos desheredados y oprimidos del planeta frente al eje occidentalista en torno al cual se articula el proyecto hegemónico mundialista elaborado por la plutocracia judaico-masónica cosmopolita en vista a lograr la instauración de un gobierno mundial judío.

Nadie podrá negar que -tras la derrota militar de los Imperios Centrales y del Tercer Reich, y después de que Occidente haya "liquidado" al amigo-rival soviético- el eje del antagonismo planetario entre oligarquías mundialistas y fuerzas tradicionales y revolucionarias antimundialistas se ha trasladado a la línea norte/sur, en forma de "enfrentamiento" total entre Occidente e Islam. Existen -sobre el plano de las referencias espirituales, de las connotaciones éticas, de las afinidades políticas y de las tradiciones históricas- válidas condiciones objetivas que individualizan en el Islam al amigo principal de las fuerzas que se baten por la liberación de Europa de la ocupación sionista-estadounidense. De la misma manera que, por lo demás, durante la segunda guerra mundial se realizaron significativas convergencias político-militares del Islam con la guerra revolucionaria y antiplutocrática del Tercer Reich. Europa, hoy ocupada y explotada, y el Islam tradicional y revolucionario tienen los mismos enemigos: mundialismo, plutocracia judaica, imperialismo USA, Occidente neocapitalista. Y quien diga lo contrario actúa de mala fe.

De todo esto se derivan evidentes consecuencias políticas.

La guerra mundialista del petróleo, o guerra del Golfo, ha representado el acontecimiento bélico-simbólico en el cual se ha reflejado puntualmente una mutación de las dinámicas conflictivas planetarias. Nosotros afirmamos que la centelleante irrupción del evento bélico ha impuesto, por la devastadora fuerza de las cosas, el inicio de un proceso de realista y atenta revisión analítica en lo concerniente al juicio político madurado en torno al fenómeno inmigratorio extraeuropeo. De hecho, en este ámbito, es necesario fijar oportunas distinciones entre los "desarraigados" que ambicionan la integración con el Occidente - y que son, por lo demás, víctimas del Sistema- y los grupos islámicos "enraizados" en las respectivas identidades raciales, religiosas y culturales. Nosotros estamos al lado de los inmigrantes auténticamente musulmanes y de los combatientes de la Jîhad argelinos, iraníes, en nombre de una misma raza del espíritu que opera hoy como radical discriminante espiritual, ético y político. Porque, estimados camaradas, siendo cierto -y nadie lo niega- que el Sistema judaico-mundialista ha promovido y favorecido el fenómeno inmigratorio en vista a la instauración de la sociedad monoracial de masas del mestizaje cosmopolita, es igualmente verdad que, al mismo tiempo, el Sistema se ha dado cuenta de que el movimiento inmigratorio introducía dentro de la ciudadela del Occidente usurario al Islam, es decir, a su enemigo principal. Y entonces ya habéis visto todos vosotros a los responsables administrativos de los territorios coloniales europeos aprobar severas medidas legislativas destinadas a la contención de la inmigración extraeuropea, o tolerar el genocidio musulmán en Bosnia a manos de los eslavos serbios con objeto de evitar el nacimiento de un estado islámico en el corazón de Europa. Por tanto, ¿con quien deberíamos alinearnos nosotros? ¿Con Austria? ¿Con Alemania? ¿O con Noruega?....Nosotros afirmamos que la minoría cualitativamente diferenciada de los mejores hombres europeos tiene la misión de sobrevivir políticamente a la decadencia de Europa, "cabalgando" los procesos degenerativos y orientando las dinámicas tumultuarias en el sentido de la lucha contra el Occidente plutocrático. En cuanto a la mayoría cuantitativamente homologada de la masa europea, ya no constituye un patrimonio racial digno de consideración. Se la "regalamos" a los distintos "frentes nacionales"...

Por consiguiente, puesto que nosotros hacemos también -si se me "permite"...- valoraciones táctico-políticas, el Islam, comprendiendo aquí a los inmigrantes islámicos, es nuestro principal "compañero de viaje" a través de los abruptos caminos de la guerra planetaria contra el Sistema judaico-mundialista. Nosotros somos, por otra parte, favorables , allí donde se den las condiciones, a aliarnos con toda fuerza, grupo o tendencia susceptible de una integración funcional en el marco de una perspectiva de lucha revolucionaria dirigida a la "desintegración" del Occidente judeo-plutocrático.

En resumen, queridos camaradas, el antagonismo metafísico entre Islam y Occidente, introduciendo la categoría conceptual schmittiana de la oposición Amigo/Enemigo, ha impuesto, obligatoriamente, una radical elección de campo: o se está con el Islam o con Occidente. Y nosotros hemos elegido.

Eurasia es el área continental que se extiende desde el Atlántico a Vladivostok o, mejor, al mar de Okhotsk, delimitada al Sur por una "franja" natural que la separa del Pacífico y del subcontinente indio.

Esta "franja" longitudinal se llama "Tierra del Medio" y se extiende desde la península anatólica hasta la región de Corea-Primorye-Japón. Eurasia es por tanto el área situada al oeste y al norte de la "Tierra del Medio", es decir al oeste y al norte de la franja transversal que va desde el mar Egeo y desde la península anatólica hasta el mar de Okhotsk. Eurasia es el occidente geopolítico y el área histórica de desarrollo de las civilizaciones arioeuropeas céltica y helénica, romana y germánica. El subcontinente asiático o área del Pacífico, compuesto por las regiones índica, indochina-indonésica y china, constituye por contra el oriente geopolítico.

Siguiendo recurrentes movimientos "pendulares" oeste-este, desde occidente o desde oriente, Francia napoleónica o Tamerlán, el Tercer Reich, Gengis Khan o la Rusia zarista, bajo el signo del pangermanismo o del paneslavismo, del chovinismo francés o del imperialismo de las estepas, las potencias continentales de Eurasia, aun a costa de entrar en conflicto entre ellas, han pretendido la unificación imperial del área continental euroasiática. En cuanto a la actual Europa occidental, no es más que la extrema región occidental del continente euroasiático o, mejor aún, su apéndice putrefacto, terminalmente extenuada por la democracia burguesa e innoblemente degradada por la masificación consumista. En el este de Eurasia, al contrario, existen las energías vitales de comunidades racialmente íntegras, asimilables a las "hordas de fanáticos de oriente", consagradas a la destrucción de la pocilga occidental. Entonces, queridos camaradas, ¿cual es la "cuestión"?

La "cuestión" es ésta: nosotros debemos elegir, en el ámbito de Eurasia, nuestro referente geopolítico al objeto de lanzar el ataque político contra el Occidente judaico-plutocrático y mundialista. Descartada la geoeconomía mundialista, caracterizada por la soldadura entre Rusia y Alemania dentro del cuadro esquemático USA, Eurasia, Japón, previsto por la tripolaridad estratégica del proyecto mundialista elaborado por la Comisión Trilateral; nosotros, mirando a oriente, hemos elegido el Estado soberano, tradicional y revolucionario de la República Islámica de Irán. Quien no lo sienta así está de más...

La identidad geopolítica del oriente euroasiático, de hecho, consiste en dos "polos" constituidos por el Turan y por el Irán, o sea el nomadismo de las estepas (Rusia) y el sedentarismo del Sur (Irán). Hemos elegido el "polo" oriental euroasiático representado por Irán.

Ambas áreas geo-sacrales revisten significados simbólicos conformes a las exigencias de la manifestación cíclica. En la geografía sacra de las tradiciones indo-arias, Irán desempeña la misión de "puente" metahistórico entre el ciclo cósmico que tiende a su término y el Novum Saeculum que se presiente. De hecho, el Irán es considerado el "lugar de la muerte". En las tradiciones indo-arias, dentro del ámbito del año sacro, representa, sin embargo, también el "lugar de la resurrección", es decir: el lugar del renacimiento del Sol, desde la fase del ocaso hasta la de la salida. Subrayamos, por consiguiente, en palabras del escritor ruso Aleksandr Dughin: "la misión arquetípica de los territorios iránicos, considerando, por otro lado, que en un sentido racial y simbólico el Irán, desde hace ya tiempo, deviene "blanco", cosa que es indicada también por el origen mismo del nombre Irán, "el país de los Arios", imagen viva de la antiquísima región ártica hiperbórea (airyanem vaejo), que constituye el centro simbólico de Eurasia. (...)...lo que se vuelve de actualidad, sobre todo hoy, dado que en el territorio del Irán se ha iniciado, de modo efectivo (y no potencial) la Resurrección del Espíritu, tras un largo período de oscuridad, de regresión geopolítica y de letargo nacional".

Nosotros añadimos que la República islámica de Irán representa el máximo "polo" político de "atracción" para el Islam tradicional y revolucionario, para las naciones de la "Tierra del Medio" (Pakistán y Afganistán), para estados y movimientos populares africanos y medio-orientales, así como para las cinco repúblicas islámicas de la ex-URSS y para las vanguardias nacionalrevolucionarias presentes en el hemisferio enemigo del Occidente plutocrático. Esta potencialidad de "integración" revolucionaria permite a la República Islámica de Irán legitimar, sobre el plano geopolítico, el inicio de un proceso de expansión de la influencia política-religiosa en toda el área euroasiática. El espacio geopolítico islámico que gravita en torno al área de influencia iraní, constituye la "consciencia" espiritual, la forma cultural y la proyección política de una identidad geopolítica continental fuertemente arraigada hoy en la "vertiente" oriental de Eurasia. Por lo tanto, nosotros afirmamos que el Islam tradicional y revolucionario, ejemplarmente encarnado por la República Islámica de Irán, es el principal referente espiritual, político, estratégico y militar en el espacio imperial euroasiático de los pueblos indoeuropeos. Irán es la identidad política, Eurasia es el espacio geográfico.

Aquellos que lanzan equívocas acusaciones de "islamización" contra nosotros, en ausencia de alternativas creíbles (que no sean, naturalmente, las de los folklóricos nacionalistas rusos), están al lado de Occidente, como mercenarios mal pagados de la geoeconomía euroasiática-mundialista, fundada sobre la integración económica entre Rusia y Alemania y entendida como potente soporte "sustancial" de las fantasiosas rêveries imperiales euroasiáticas.


Fuente http://usuarios.lycos.es/resistencia/art9eurasia.htm 

 



 

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