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Un tailandés en el ejército nazi

Las memorias de Wicha Thitawat fueron publicadas en 1948, reeditadas con alteraciones en los años 50 y 70 y recientemente redescubiertas por el gran público. Khon Thay náy kong thap nasi- tailandeses en el ejército nazi- es un libro doblemente interesante: ofrece a los tailandeses de hoy una historia casi picaresca de un tailandés atrapado en una guerra europea y ofende a muchas certezas sobre la posición de este país durante la segunda guerra mundial. Tailandia fue aliada de Japón durante la guerra, un hecho incuestionable pasado por alto por la mayor por la generalidad de la historiografía que se ha hecho en la inmediata posguerra. El fascismo tailandés estaba en el poder cuando estalló la guerra y sacó partido del súbito colapso de la Francia metropolitana. Después del armisticio de 1940, las posesiones francesas en Indochina fueron el tema de las crecientes reivindicaciones nacionalistas de BangKok. El régimen del mariscal Phibun Songkhram reclamaba la devolución de territorios integrados en los protectorados franceses de Laos y Camboya, otrora pertenecientes a Siam.

Entre octubre de 1940 y mayo de 1941, Tailandia desarrolla una intensa guerra fronteriza contra el ejercito colonial francés, más no pudo conseguir sus objetivos.

La mediación en el conflicto fue impuesta a las dos partes por Japón, entretanto ya establecido en Indochina. La Francia de vichy aceptó la ocupación de facto de Vietnam e instó apoyo a los japoneses para aplacar los ímpetus tailandeses.

 

Cuando el Japón inició la guerra del Pacífico (diciembre de 1941), Tailandia permitió el paso del ejército imperial durante el ataque que se desarrolló contra la Malasia Británica, al sur, y Birmania, al oeste. Tailandia declaró la guerra a los Estados Unidos, pero sus fuerzas armadas se mantuvieron en suelo nacional. Como botín del aparente triunfo nipón, Tailandia recibió tres sultanatos malayos, tres provincias occidentales de Camboya y los Estados Shan pertenecientes a la colonia británica de Birmania.

 

Técnicamente, Tailandia fue el miembro más pequeño del Eje Berlín-Roma-Tokio. La admiración que los siameses tenían por Alemania no era reciente. Durante décadas, para contrarrestar la presión  colonialista francesa y británica, Siam profundizo sus relaciones comerciales con el Imperio Alemán. En vísperas de la Gran Guerra, Alemania era el segundo socio de Siam, tenía importantes concesiones y el desarrollo de grandes proyectos de obras públicas, comunicaciones y los ferrocarriles, además de tener cerca de dos centenares de técnicos y asesores de las fuerzas armadas y de costumbres, así como en los ministerios de Exteriores y de Economía. A cambio, Siam fue obligado a declarar la guerra a Alemania y enviar para el teatro de operaciones europeo occidental un cuerpo expedicionario, En Alemania vivían decenas de aristócratas siameses frecuentando universidades y academias militares. El padre del actual rey fue cadete y recibió galones de oficial de marina alemana en los años que precedieron a la guerra de 1914.

 

A finales de los años 30, el discurso oficial de Bangkok presentaba flagrantes coincidencias con la doctrina alemana del espacio vital: hablaba de una Gran Tailandia, la expulsión de los chinos, considerados los "Judios de oriente" la tailandificación de las minorías, una sociedad según el modelo de la jerarquía castrense. Los tailandeses eran recordados por su valentía inmemorial, su identidad jamás mancillada por la colonización europea, la superioridad de la espiritualidad oriental sobre el materialismo occidental.

 

Wicha era un estudiante de comunicaciones militares en Belgica cuando la Wehrmacht irrumpió en el país en mayo de 1940.

Entusiasta de Alemania, se dirigió a Berlín, donde termino un curso de oficiales, recibió galones y participo en la guerra integrado en una división blindada alemana. La embajada tailandesa en Berlín lo reconoció como agregado militar pero no le impiden participar en combates, hecho insólito para establecer una estrecha colaboración entre las autoridades de los dos países. Incluso si Wicha fuese un caso único, tal vez no hubiese pasado de caso insólito. Pero no, las fuerzas alemanas integraron a muchos otros jóvenes thais, que sentían un profundo odio por Francia y reino unido, Los voluntarios thais fueron incorporados en divisiones Waffen SS y lucharon hasta los últimos días del conflicto. Cuando la guerra termino, los norteamericanos, entonces muy preocupados con el ascenso del comunismo en Asia, los liberaron y regresaron a Tailandia., Whicha llegaría al puesto de embajador tailandés en Dinamarca y noruega en los años 60.

Fuente: http://combustoes.blogspot.com/2009/06/lembrando-6-de-junho-de-1944-o-estranho.html

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