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M O Q A W A M A

EL GENERAL MEZIAN

 

      En árabe dialectal mezian significa “bueno“, y era el vocablo más cocido por los españoles durante el protectorado y quizas por ello se debe en parte a que uno de los militares de “nuestra época” más recordados sea el teniente general, Mohamed Ben Mezian Bel Kasem. Hijo del prestigioso caid de Mazuza de Guelaya, nació el 1 de febrero de 1897 en Beni Nessar, pueblo de dicha región a 5 km de Nador. Curiosamente es su madre Fátima Ben Tahar quien le inicia y enseña el Manejo del fusil. Desde la infancia a los doce años ya participaba, a veces con su padre, en operaciones de guerra con el ejercito español contra insurgentes rifeños, y a los “14 años” por su comportamiento en combate le conceden la Cruz de plata del Mérito Militar. A los 16 años, ingresa en la Academia de infantería de Toledo, apadrinado por el rey Alfonso XIII, siendo el primer musulmán que ingresaba en una Academia Militar española de oficiales, para lo que hubo incluso que modificar la ley y sus estatutos. Según la prensa, en especial “El telegrama del Rif”, se debió a la siguiente visita.
      En 1911 S.M. Alfonso XIII visita Melilla durante varios días y en una visita a una escuela indígena donde ejercía de maestro el todavía no célebre Abdelkrim el Jatabi, le llamó la atención un alumno que no había cumplido todavía los 14 años y que no solo resolvió fácilmente un problema de cálculo, sino que conocía perfectamente la geografía europea y profundamente la española. S.M. el Rey en cuyo séquito de acompañantes el padre del alumno, preguntó cuales eran sus aspiraciones, a lo que respondió el joven Mohamed “quiero ser como usted”. “¿Quieres ser rey?”. “No, quiero ser capitán”. El rey prometió al padre que el joven rifeño ingresaría en una Academia Militar Española.
      Resumiendo su vida y trayectoria profesional, cabe recordar que en 1940, siendo coronel y padre reciente de su primer varón (Mustafá, futuro militar de la Academia de Segovia) después de cinco hijas (Merien, Tami, Zahara,Joly y Líela, aunque luego nacieron el Dr. Rachid y Fadel) es trasladado a Larache donde permanecerá un decenio, en el que fue ascendido a general de  Brigada en 1941 y a general de División en 1945, siendo general jefe de la División Nº 92 y comandante militar de la Plaza de Larache. Tras un breve periodo dirigiendo la Plaza de Ceuta, fue nombrado capitán general de Galicia y capitán general de  Canarias, hasta su traslado al Ejercito de Marruecos.
      En Marruecos general en jefe de las Reales Fuerzas Armadas de la Zona Norte, Ministro de Defensa, embajador de Marruecos en España en 1966 y en 1970 fue nombrado por el Rey Hassan II, mariscal de Marruecos.
      El 1 de mayo de 1975, rodeado de su esposa Fadela e hijos falleció en el Hospital Militar del Aire de Madrid, “con todos los derechos y honores de un Teniente General en la reserva del Ejército español”. Al día siguiente fueron trasladados, en avión especial del reino alauita, a su domicilio de Rabat, ante cuyos restos mortales el rey Hassan II oró antes del sepelio y en cuyo  féretro se habían depositado más de cincuenta condecoraciones obtenidas en el transcurso de una brillante carrera como militar. D.E.P (Allah ierhenum).

Tebib Rofé J.E.B

BENJAMIN FREEDMAN (El desertor que advierte a America del peligro)

 

 

  

Benjamin H. Freedman fue uno de los individuos más intrigantes e impresionantes del siglo XX. El Sr. Freedman, nacido en 1890, fue un hombre de negocios judío con mucho éxito de Nueva York, quien fue una vez el propietario principal de la compañía de sopa Woodbury. Rompió con el judaísmo organizado después de la victoria judeo-comunista de 1945, y pasó el resto de su vida gastando una parte considerable de su fortuna, al menos 2.5 millones de dólares, en exponer la tiranía judía que había envuelto a los Estados Unidos. El Sr. Freedman sabía de lo que estaba hablando porque había estado en las posiciones más altas de las organizaciones judías y sus maquinaciones para ganar poder en la nación. El Sr. Freedman estaba relacionado personalmente con Bernard Baruch, Samuel Untermeyr, Woodrow Wilson, Franklin Roosevelt, Joseph Kennedy, y John F.Kennedy, y otros muchos personajes de nuestro tiempo. Este discurso se dio ante una audiencia patriótica en 1961 en el Hotel Willard en Washington, D.C., con el apoyo del periódico patriótico de la época del Conde McGinely “Common Sense”. Aunque en algunos medios menores este discurso amplio y fuera de época ha sido citado, el mensaje esencial del Sr. Freedman para nosotros – su aviso para el Oeste – es más urgente que nunca.

Aquí en los Estados Unidos, los Sionistas y sus correligionarios han formado el control de nuestro gobierno. Por muchas razones, demasiadas y complejas para discutir ahora, los Sionistas y sus correligionarios gobiernan los Estados Unidos como si fueran los monarcas absolutos de este país. Ahora debéis pensar que esa afirmación es muy amplia, pero dejad que os demuestre qué pasó mientras estábamos dormidos. ¿Qué pasó? La Primera Guerra Mundial empezó en el verano de 1914. Hay muy poca gente de mi edad aquí que lo recuerde. Esa guerra estaba compuesta por un lado por Gran Bretaña, Francia y Rusia; y en el otro por Alemania, el imperio Austro-Húngaro y Turquía. En dos años, Alemania había ganado la guerra: no sólo la ganó nominalmente, la ganó finalmente. Los submarinos alemanes, que eran una sorpresa para el mundo, habían barrido a todos los enemigos del Océano Atlántico. Gran Bretaña seguía allí sin munición para sus soldados, con un suministro de comida para una semana – y después de eso, el hambre. En ese momento, la armada francesa organizó un motín. Habían perdido 600.000 jóvenes franceses en defensa de Verdún en el Somme. La armada rusa estaba mermada, estaban recogiendo y marchándose a casa, no querían jugar más a la guerra, no les gustaba el Zar. Y la armada italiana estaba colapsada. No se había disparado ni una sola vez contra suelo alemán. Ningún soldado enemigo había cruzado la frontera alemana. Y además, Alemania estaba ofreciéndole a Inglaterra la paz. Ofrecieron a Inglaterra una paz negociada que los abogados llaman un “status quo ante basis”. Esto significa: “Digamos que la guerra ha terminado, y pongamos las cosas como estaban antes de que empezara.” Inglaterra, en el verano de 1916 estaba considerándolo seriamente. No tenían elección. Era aceptar esta paz negociada que Alemania estaba ofreciendo magnánimamente, o seguir con la guerra y acabar vencidos totalmente.

Mientras esto ocurría, los Sionistas en Alemania, que representaban a los Sionistas de la Europa del Este, fueron al Gabinete de Guerra Británico y – voy a ser breve porque es una larga historia, pero tengo todos los documentos que prueban cualquier afirmación que haga – dijeron: “Miren aquí. Aún pueden ganar esta guerra. No tienen que rendirse. No tienen que aceptar la paz negociada que les ofrece Alemania. Pueden ganar esta guerra si los Estados Unidos se convierten en su aliado.” Estados Unidos no estaban en la guerra en ese momento. Estábamos frescos; éramos jóvenes; éramos ricos; éramos poderosos. Le dijeron a Inglaterra: “Les garantizamos traer a Estados Unidos a la guerra como su aliado, para luchar a su lado, si nos prometen Palestina después de ganar la guerra.” En otras palabras, hicieron este trato: “Traeremos a los Estados Unidos a la guerra como su aliado. El precio que deben pagar es Palestina después de que hayan ganado la guerra y vencido a Alemania, el imperio Austro-Húngaro y Turquía.” Inglaterra tenía tanto derecho de prometer Palestina a cualquiera como los Estados Unidos de prometer Japón a Irlanda por cualquier motivo. Es absolutamente absurdo que Gran Bretaña, que nunca tuvo conexión alguna, interés o derecho en Palestina, debiera prometerla como moneda de pago para que los Sionistas trajeran a Estados Unidos a la guerra. Sin embargo, hicieron esta promesa en octubre de 1916. Y poco después de esto – no sé cuántos aquí lo recuerdan – Estados Unidos, que estaba totalmente a favor de Alemania, entraron en la guerra como aliados de Gran Bretaña.

Digo que estaban a favor de Alemania porque los periódicos aquí estaban controlados por judíos, los banqueros eran judíos, todos los medios de comunicación en este país estaban controlados por judíos; y los judíos estaban a favor de Alemania. Eran pro-alemanes porque muchos de ellos habían venido de Alemania, y querían ver como Alemania aplastaba al Zar. A los judíos no les gustaba el Zar y no querían que Rusia ganara esta guerra. Estos banqueros judeo-alemanes, como Kuhn Loeb y otras compañías bancarias importantes en Estados Unidos, rechazaron financiar a Francia o Inglaterra. Se quedaron a un lado y dijeron: “Mientras Francia e Inglaterra estén unidas a Rusia, ¡ni un céntimo!”. Pero arrojaron dinero sobre Alemania, lucharon al lado de Alemania contra Rusia, tratando de destruir el régimen zarista. Esos mismos judíos, cuando vieron la posibilidad de conseguir Palestina, fueron a Inglaterra a realizar este acuerdo. En ese momento, todo cambió, como un semáforo que cambia de rojo a verde. Cuando los periódicos habían sido pro-alemanes, cuando habían hablado de las dificultades que Alemana tenía al luchar contra Inglaterra en muchos aspectos, de pronto los alemanes no eran buenos. Eran villanos. Eran hunos. Estaban disparando contra enfermeras de la Cruz Roja. Cortaban las manos de los bebés. No eran buenos. Poco después, el Sr. Wilson declaró la guerra a Alemania.

Los sionistas en Londres habían enviado cables a los Estados Unidos, a Justice Brandeis, diciendo “Id a ver al Presidente Wilson. Estamos consiguiendo lo que queremos de Inglaterra. Id a ver al presidente Wilson y meted a los Estados Unidos en la guerra”. Así fue como los Estados Unidos entraron en la guerra. No teníamos más interés en ello; no teníamos más derecho de estar dentro, que estar en la luna esta noche en vez de en esta habitación. No había ninguna razón para que la Primera Guerra Mundial fuera nuestra guerra. Nos metieron dentro – si puedo ser vulgar, nos chuparon – de esta guerra meramente para que los Sionistas del mundo obtuvieran Palestina. De eso nunca se ha hablado a la gente de Estados Unidos. Nunca supieron porque fuimos a la Primera Guerra Mundial. Después de entrar en la guerra, los Sionistas fueron a Gran Bretaña y dijeron: “Bien, nosotros hicimos nuestra parte del trato. Pongamos por escrito que van a mantener su deuda y nos van a dar Palestina después de ganar la guerra”. No sabían si la guerra iba a durar otro año o diez más. Por eso empezaron a pensar en un recibo. El recibo tomó la forma de una carta, en un lenguaje muy críptico para que el mundo al completo no supiera de qué iba. Y esto es lo que se llama la Declaración Balfour. Esta declaración fue la mera promesa de Gran Bretaña de pagar a los Sionistas con lo que habían acordado al traer a los Estados Unidos a la guerra. Por eso esta maravillosa Declaración Balfour, de la que habéis oído hablar tanto, es tan falsa como un billete de tres dólares. No creo poder hacerlo más enfático que esto.

Aquí es donde empezó todo el problema. Estados Unidos entró en la guerra. Estados Unidos aplastó a Alemania. Sabéis lo que pasó. Cuando la guerra terminó y los alemanes fueron a París a la Conferencia de Paz en 1919, había 117 judíos, como la delegación representante de los judíos, encabezados por Bernard Baruch. Yo estaba allí: Debía saber. ¿Qué pasó? Los judíos en esa conferencia de paz, cuando estaban cortando Alemania y parcelando Europa para esas naciones que clamaban el derecho de una cierta parte de territorio europeo, dijeron, “¿Qué pasa con darnos Palestina?” Y sacaron, para sorpresa de los alemanes, la Declaración Balfour. Por eso los alemanes, se dieron cuenta por primera vez, “¡Oh, así que ese era el juego!”. “Por eso Estados Unidos entraron en la guerra. “Los alemanes por primera vez se dieron cuenta que estaban vencidos, sufrían las horribles reparaciones que les impusieron, porque los Sionistas querían Palestina y estaban dispuestos a conseguirla a cualquier precio. Eso nos lleva a otro punto muy interesante. Cuando los alemanes se dieron cuenta, naturalmente se resintieron. Hasta ese momento, los judíos no habían estado mejor considerados en ningún país del mundo que en Alemania. Allí estaba el Sr. Rathenau que tenía una industria 100 veces más importante que Bernard Baruch en este país. El Sr. Balin, que era el dueño de dos grandes líneas de vapor, el norteño Lloyd y las líneas Hamburgo-Americanas. El Sr. Bleichroder, que era el banquero de la familia Hohenzollern. Estaban los Warburg en Hamburgo, que eran los grandes banqueros mercantes – el más grande en el mundo. Los judíos estaban muy bien en Alemania. No hay nada que decir sobre eso. Los alemanes sintieron lo siguiente: “Bien, nos han vendido.”

Era una venta que podía compararse con esta situación hipotética: supongamos que Estados Unidos está en guerra con la Unión Soviética. Y estamos ganando. Y les decimos a los soviéticos: “Bien, nos retiramos. Os ofrecemos la paz. Olvidémonos de todo.” Y de repente la China Roja entra en la guerra como aliada de la Unión Soviética. Y nos vencen. Nos aplastan, con tales reparaciones que la mente humana no puede comprender. Imaginen que, después de la derrota, si descubrimos que los chinos en este país, nuestros ciudadanos chinos, que habían sido ciudadanos leales trabajando con nosotros, nos estaban vendiendo a la Unión Soviética. ¿Cómo nos sentiríamos en Estados Unidos sobre los chinos? No creo que ninguno de ellos se atreviera a mostrar su cara en ninguna calle. No habría suficientes lugares para protegerse. Imaginen cómo nos sentiríamos. Bien, así es como los alemanes se sintieron con estos judíos. Habían sido amables con ellos: desde 1905, cuando la primera revolución rusa fracasó, y los judíos empezaron a salir de Rusia, todos fueron a Alemania. Y Alemania les dio refugio. Y se les trató muy bien. Y ellos habían vendido a Alemania simplemente por el hecho de que quería Palestina por la así llamada “Mancomunidad Judía”.

Nahum Sokolowy todos los grandes líderes y grandes nombres que habéis leído que tienen conexión con el Sionismo hoy, en 1919, 1920, 1921, 1922 y 1923 escribieron en todos sus periódicos – y la prensa estaba llena de sus afirmaciones – que el sentimiento contra los judíos en Alemania se debe al hecho de que se dieron cuenta que su gran derrota fue causa de la intercesión de los judíos en meter a Estados Unidos en la guerra. Los mismos judíos lo admitieron. No fue que los alemanes en 1919 descubrieron que un baso de sangre judía sabía mejor que la Coca-Cola o la cerveza Muenschner. No había ningún sentimiento religioso. No había ningún sentimiento en contra de la gente por su creencia religiosa. Todo era político. Era económico. Era todo menos religioso. A nadie le importaba en Alemania si un judío llegaba a casa y decía “Shema’ Yisroel” o “Padre Nuestro”. A nadie le importaba en Alemania ni en Estados Unidos. Este sentimiento que se desarrolló más tarde en Alemania era debido a una cosa: los alemanes culparon a los judíos por su aplastante derrota. Y la Primera Guerra Mundial había empezado por ninguna razón de la que Alemania era responsable. No eran culpables de nada. Sólo de tener éxito. Construyeron una gran marina. Crearon el comercio mundial. Debéis recordar que Alemania en la época de la Revolución Francesa consistía en 300 pequeñas ciudades-estado, principados, ducados, etc. Trescientas entidades políticas separadas. Y en ese tiempo, entre el tiempo de Napoleón y Bismarck, se consolidaron en un estado. Y en los siguientes 50 años se convirtieron en una de las potencias mundiales. Su marina rivalizaba con Gran Bretaña, tenían negocios en todo el mundo, podían superar en ventas a cualquiera, podían hacer mejores productos. ¿Qué pasó como resultado de esto?

Había una conspiración entre Inglaterra, Francia y Rusia para hundir a Alemania. No hay ningún historiador en el mundo que pueda encontrar una razón válida para que estos tres países decidieran barrer a Alemania del mapa político. Cuando los alemanes se dieron cuenta que los judíos fueron responsables de su derrota, naturalmente se resintieron. Pero a pesar de todo no se tocó ni un pelo de un judío. Ni uno. El profesor Tansill, de la Universidad de Georgetown, que tenía acceso a todos los documentos secretos del Departamento de Estado, escribió en su libro, y citó de un documento del Departamento de Estado escrito por Hugo Schoenfelt, un judío de Cordell Hull enviado a Europa en 1933 para investigar los llamados campos políticos de prisioneros, que escribió que los encontró en muy buenas condiciones. Estaban en una forma excelente, donde se trataba bien a todo el mundo. Y estaban llenos de comunistas. Bien, muchos de ellos eran judíos, porque los judíos comprendían el 98% de los comunistas de Europa en ese momento. Y había algunos sacerdotes, y ministros, y líderes sindicales, y masones y otros que estaban en organizaciones internacionales. Algo de trasfondo: En 1918-1919 los comunistas tomaron Baviera por unos días. Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht y un grupo de otros judíos tomaron el gobierno por tres días. De hecho, cuando el Káiser acabó la guerra escapó a Holanda porque pensó que los comunistas iban a tomar Alemania como hicieron con Rusia y que iba a tener el mismo destino que el Zar. Por eso escapó a Holanda, por seguridad. Después que la amenaza comunista fue aplastada en Alemania, los judíos seguían trabajando, intentando volver a su posición inicial, y los alemanes lucharon con ellos en todas las formas posibles sin dañarles un solo pelo de su cabeza. Lucharon con ellos de la misma manera en la que, en este país, los Prohibicionistas lucharon contra alguien que estuviera interesado en el alcohol. No lucharon con pistolas. Esa era la manera con la que luchaban con los judíos en Alemania. Y en ese momento, había de 80 a 90 millones de alemanes, y sólo había 460.000 judíos. Alrededor de menos del 1% de la población de Alemania eran judíos. Y controlaban la prensa, y controlaban la mayor parte de la economía porque habían invertido cuando el marco estaba devaluado y lo habían comprado prácticamente todo.

Los judíos trataron de ocultar este hecho. No querían que el mundo entendiera realmente que habían vendido Alemania, y que los alemanes estaban resentidos por eso. Los alemanes tomaron medidas apropiadas contra los judíos. Ellos los discriminaron siempre que pudieron. Los rehuyeron. Del mismo modo como lo harían con los chinos, o los negros, o los católicos, o cualquiera en este país que nos hubiera vendido al enemigo y nos causara la derrota. Al poco tiempo, los judíos del mundo pidieron una reunión en Amsterdam. Los judíos de cada país fueron a esta reunión en julio de 1933. Y le dijeron a Alemania: “Despedís a Hitler, y ponéis a cada judío en su antiguo puesto tanto si era comunista o cualquier otra cosa. No podéis tratarnos así. Y nosotros, los judíos del mundo, os estamos dando un ultimátum”. Podéis imaginar lo que contestaron los judíos. ¿Qué hicieron los judíos?. En 1933, cuando Alemania rechazó rendirse en la conferencia mundial de los judíos en Amsterdam, ésta terminó, y el Sr. Samuel Untermyer, que era el cabeza de la delegación americana y el presidente de la conferencia, fue a los Estados Unidos hacia los estudios de Columbia Broadcasting System y emitió por radio lo siguiente, “Los judíos del mundo declaran una Guerra Santa contra Alemania. Estamos involucrados en un conflicto sagrado contra los alemanes. Y vamos a hacer que se rindan. Vamos a hacerles un boicot internacional. Eso los destruirá porque dependen de su negocio de exportación”.

Y es un hecho que dos tercios de los suministros de comida alemanes tenían que importarse, y solo se podía importar en relación a lo exportado. Por eso si Alemania no podía exportar, dos tercios de la población Alemana se moriría de hambre. Había suficiente comida para poco más de un tercio de la población. En esta declaración, que tengo aquí, y que fue impresa en el New York Times el 7 de agosto de 1933, el Sr. Samuel Untermyer afirmó que “este boicot económico es nuestro método de defensa. El presidente Roosevelt ha abogado por su uso en la Administración Nacional de Recuperación”, que algunos de vosotros recordareis, cuando todo el mundo era boicoteado a no ser que siguiera las reglas del New Deal, y que fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema en ese momento. Sin embargo, los judíos del mundo declararon un boicot contra Alemania, y era tan efectivo que no se podía encontrar en el mundo algún producto con las palabras “hecho en Alemania”. De hecho, un ejecutivo de la compañía Wollworth me dijo que tuvieron que tirar millones de dólares de cuberterías y vajillas al río; que sus tiendas fueran boicoteadas por si alguien entraba y encontraba un cubierto “hecho en Alemania”, se les ponían signos que decían “Hitler”, “asesino”, etc., como esas etiquetas que tienen lugar en el sur. En una tienda que pertenecía a la cadena R. H. Macy, controlada por una familia llamada Strauss, que también era judía, una mujer encontró calcetines que venían de Chemnitz marcados con “hechos en Alemania”. Había calcetines de algodón y podían haber estado allí 20 años, desde que he observado piernas de mujeres durante muchos años y hace mucho tiempo que he visto cualquier tipo de calcetines de algodón en ellas. Ví a Macy boicoteada, con cientos de personas caminando alrededor con carteles que decían “asesinos”, “hitlerianos”, etc. Hasta ese momento, ni un pelo de un judío se tocó en Alemania. No hubo sufrimiento, no pasaban hambre, no hubo asesinatos, no hubo nada.

Naturalmente los alemanes dijeron “¿Quiénes son ellos para declararnos un boicot y despedir a nuestra gente, y parar nuestras industrias? ¿Quienes son para hacernos esto?”. Naturalmente se resintieron: pintaron esvásticas en tiendas judías. ¿Por qué un alemán iba a darle dinero a un comerciante que era parte de un boicot que iba a dejar morir de hambre a Alemania por causa de todos los judíos del mundo, que iban a dictar quien iba a ser el primer canciller?. Era ridículo. El boicot continuó durante algún tiempo, pero no fue hasta 1938 cuando un joven judío de Polonia fue a la embajada alemana en París y disparó a un oficial alemán, cuando los alemanes realmente empezaron a ponerse duros con los judíos en Alemania. Entonces empezaron a romper ventanas y a tener peleas callejeras. No me gusta usar la palabra “Anti-Semitismo” porque no tiene significado, pero aún significa algo para vosotros, por eso tendré que usarla. La única razón que había en Alemania contra los judíos era que eran responsables de la Primera Guerra Mundial y su boicot mundial. También eran responsables por la Segunda Guerra Mundial, ya que después de que esto se escapara de las manos, era absolutamente necesario para los judíos y Alemania, saber quien iba a sobrevivir en esta guerra. Mientras tanto, yo había vivido en Alemania, y sabía que los alemanes habían decidido que Europa iba a ser cristiana o comunista: no hay ningún punto medio. Y los alemanes decidieron que iban a mantenerla cristiana si era posible. Y empezaron a rearmarse. En noviembre de 1933 los Estados Unidos reconocieron a la Unión Soviética. La Unión Soviética se estaba volviendo muy poderosa, y Alemania se dio cuenta de que “nuestro cambio se producirá rápido, si no nos fortalecemos”. Lo mismo que decimos nosotros en este país, “nuestro cambio se producirá rápido, si no nos fortalecemos”. Nuestro gobierno está gastando 83 o 84 billones de dólares en defensa. ¿Defensa contra quién? Defensa contra 400.000 pequeños judíos en Moscú que tomaron Rusia, y entonces, de diversas maneras, tomaron control de otros muchos países en el mundo.

El que este país esté en el vértice de la Tercera Guerra Mundial, de la que no podemos emerger victoriosos, es algo que asombra a mi imaginación. Sé que las bombas nucleares se miden en megatoneladas. Una megatonelada es un término que se usa para describir un millón de toneladas de TNT. Nuestras bombas nucleares tenían una capacidad de 10 megatoneladas, o 10 millones de toneladas de TNT, cuando se desarrollaron por primera vez. Las bombas nucleares que se están desarrollando tienen una capacidad de 200 megatoneladas, y Dios sabe cuantas megatoneladas tienen las bombas de la Unión Soviética. ¿A qué nos enfrentamos? Si nos metemos en una guerra mundial que puede convertirse en guerra nuclear, la humanidad se acaba. ¿Por qué tendría lugar una guerra como esa? Tendrá lugar cuando se levante la cortina del tercer acto: El acto primero era la Primera Guerra Mundial, el acto 2º era la Segunda Guerra Mundial, y el acto tercero será la Tercera Guerra Mundial. Los judíos del mundo, los Sionistas y sus correligionarios en cualquier parte, están determinados en usar de nuevo a Estados Unidos para que los ayuden permanentemente en retener Palestina como la base de su nuevo gobierno mundial. Eso es tan cierto como que estoy de pie aquí. No sólo lo he leído, muchos aquí también lo han hecho, y es sabido en todo el mundo.

¿Qué vamos a hacer? La vida que salvéis puede ser la de vuestros hijos. Vuestros chicos pueden encaminarse a la guerra esta noche; y no sabéis nada al igual que en 1916 en Londres los Sionistas hicieron un trato con el Gabinete de Guerra Británico para enviar a vuestros hijos a la guerra en Europa. ¿Lo sabíais en ese momento? Nadie en Estados Unidos lo sabía. No se os permitió saberlo. ¿Quien lo sabía? El presidente Wilson lo sabía. El Coronel House lo sabía. Otros en el interior lo sabían. ¿Yo lo sabía? Tenía idea de lo que estaba pasando: Yo fui el enlace para Henry Morgenthau, Sr.,en la campaña de 1912 cuando se eligió al presidente Wilson, y cuando se hablaba en la oficina. Yo era el “hombre confidencial” de Henry Morgenthau, Sr.,que era presidente del comité de finanzas, y yo era el enlace entre él y Rollo Wells, el tesorero. Por eso me sentaba en esas reuniones con el presidente Wilson a la cabeza de la mesa, y todos los demás, y oí como le zumbaban en la cabeza sobre la tasa de ingreso y lo que se ha convertido en la Reserva Federal, y los oí adoctrinarle con el movimiento Sionista. Justice Brandeis y el presidente Wilson estaban tan cerca como dos dedos de una mano. El presidente Woodrow Wilson era sólo un incompetente cuando se trataba de determinar qué es lo que pasaba. Así es como nos metieron en la Primera Guerra Mundial, mientras todos dormíamos. Mandaron a nuestros chicos al matadero. ¿Para qué? Para que los judíos tuvieran Palestina como su “mancomunidad”. Os han idiotizado tanto que no sabéis si vais o venís. Cualquier juez, cuando escoge un jurado, dice, “Señores, cualquier testigo que encuentren que ha mentido, pueden desestimar su testimonio”. No sé de qué estados venís, pero en Nueva York esa es la manera en la que un juez se dirige al jurado. Si un testigo miente, se desestima su testimonio. ¿Cuáles son los hechos sobre los judíos? Los judíos de la Europa del Este, que forman el 92% de la población mundial de los que se llaman asimismo judíos, eran originalmente Khazars. Eran una tribu guerrera que vivían en el corazón de Asia. Y eran tan guerreros que incluso los asiáticos los echaron de Asia hacia el este de Europa. Establecieron un gran reino Khazar de 800,000 millas cuadradas. En ese momento, Rusia no existía, ni muchos otros países europeos. El reino Khazar era el más grande de Europa – tan grande y tan poderoso que cuando otros monarcas quisieron ir a la guerra, los Khazares les prestarían 40,000 soldados. Así eran de grandes y poderosos.

Eran adoradores del falo, que es mugriento y no quiero entrar ahora en detalles. Pero esa era su religión, como también lo era de otros paganos y bárbaros en otras partes del mundo. El rey Khazar se disgustó tanto con la degeneración de su reino que decidió adoptar una fe monoteísta – ya fuera Cristianismo, Islam o lo que se conoce ahora como Judaísmo, que es realmente Talmudismo. Girando una rueda y diciendo “eeny, meeny, miney, moe”, escogieron el Judaísmo. Y se convirtió en la religión del estado. Fueron a las escuelas talmúdicas de Pumbedita y Sura y trajeron miles de rabinos, y abrieron sinagogas y escuelas, y su gente se convirtió en lo que llamamos judíos. No había ninguno de ellos que tuviera un antepasado que hubiera puesto un pie en Tierra Santa. No sólo en la historia del Antiguo Testamento, sino al principio de todo. ¡Ninguno de ellos! Y así vienen a los cristianos y nos piden apoyo en sus insurrecciones armadas en Palestina diciendo, “Queréis ayudar a repatriar al pueblo elegido por Dios a su tierra prometida, su patria ancestral, ¿verdad?. Es vuestro deber cristiano. Os dimos a uno de nuestros chicos como vuestro Señor y Salvador. Ahora vais a la iglesia los domingos, y os arrodilláis y adoráis a un judío, y nosotros somos judíos”. Pero son paganos Khazars que se convirtieron igual que se convirtió a los irlandeses. Es tan ridículo llamarlos “la gente de la Tierra Prometida”, como sería llamar a los 54 millones de musulmanes chinos “árabes”. Mahoma murió en el 620 después de Cristo. Y desde entonces 54 millones de chinos han aceptado el Islam como su creencia religiosa. Imaginad, en China, a 2000 millas de Arabia, de la Meca, el lugar de nacimiento de Mahoma. Imaginad que estos 54 millones de chinos deciden llamarse “árabes”. Diríais que son unos lunáticos. Alguien que crea que estos 54 millones de chinos son árabes deben estar locos.

Todo lo que hicieron fue adoptar como fe religiosa una creencia que tenía su origen en la Meca, en Arabia. Igual que los irlandeses. Cuando los irlandeses se convirtieron al cristianismo, nadie los tiró al océano y los llevó a la Tierra Prometida. No se han convertido en gente diferente. Eran los mismos, pero aceptaron el cristianismo como fe religiosa. Esos Khazars, esos paganos, esos asiáticos, esos turco-finlandeses, eran una raza mongoloide que fueron echados de Asia a Europa del Este. Ya que su rey adoptó la fe talmúdica, no tuvieron elección. Igual que en España: si el rey era católico, todo el mundo debía serlo. Si no, debías salir de España. Por eso los Khazares se convirtieron en lo que hoy llamamos judíos. Imaginad lo estúpido que era para los grandes países cristianos del mundo decir, “vamos a usar nuestro poder y prestigio para repatriar al pueblo elegido por Dios a su tierra ancestral, su Tierra Prometida”. ¿Podía haber una mentira más grande que esa? Ya que controlan los periódicos, las revistas, la radio, la televisión, las editoriales, y tienen ministros en el púlpito y políticos que hablan el mismo idioma, no es sorprendente que os creáis esa mentira. Creeríais que el negro es blanco si lo oyerais a menudo. No podrías llamar negro al negro nunca más – empezaríais a llamarlo blanco. Y nadie podría culparos.

Esa es una de las grandes mentiras de la historia. Es el fundamento de toda la miseria que ha caído en el mundo. ¿Sabéis lo que hacen los judíos en el Día de la Expiación, que creéis que es tan sagrado para ellos? Yo era uno de ellos. Esto no son rumores. No estoy aquí para ser un agitador de masas. Estoy aquí para daros hechos. Cuando, en el Día de la Expiación, entras en una sinagoga, te quedas de pie desde la primera oración que recitas. Es por la única oración por la que te levantas. Repites tres veces una oración corta llamada Kol Nidre. En esta oración, entras en un acuerdo con Dios Todopoderoso que cualquier juramento, reverencia o ruego que hagas durante los siguientes doce meses debe anularse. El juramento no debe ser un juramento; la reverencia no debe ser una reverencia; el ruego no debe ser un ruego. No deben tener poder o efecto. Y además, el Talmud enseña que siempre que hagáis un juramento, reverencia o ruego, debéis recordar el Kol Nidre que recitasteis en el Día de la Expiación, y estas exento de cumplirlas. ¿Cuanto podéis depender de su lealtad? Podéis depender de su lealtad tanto como los alemanes dependieron en 1916. Vamos a sufrir el mismo destino que sufrió Alemania, y por la misma razón.

 Esta traduccion en español se ha encontrado en http://trinityeyes.wordpress.com/2008/12/04/benjamin-freedman-desertor-y-whistleblower-2 

   Otro link, en ingles:

http://www.biblebelievers.org.au/benjamin.htm

Testimonio de Joseph Burg, Judío Alemán en el Proceso de Ernst Zündel de 1988

Ernst Zundel y Joseph G. Burg (der)

Impresionante revelación de un judío que derribó el mito del Holocausto en la Segunda Guerra mundial, testimonio que le costó, entre otras cosas, que no fuese admitido en el cementerio judío, y que nadie de la ‘tribu’ pronunciase un elogio en sus exequias.

 

Joseph G. Burg fue el décimo segundo testigo llamado por la defensa, él testificó el martes 29 de marzo y el miércoles 30 de marzo de 1988.

Por un periodo de ocho o nueve años anteriores al año 1981, Zündel mantuvo comunicación por carta y visitaba a Joseph G. Burg, un autor judío quien escribió varios libros sobre la Segunda Guerra Mundial. Entre sus libros están los siguientes: Guilt and Fate/Culpa y Destino, Scapegoats/Chivos Expiatorios, Zionist Nazi Censorship in the Federal Republic of Germany/Censura Sionista Nazi en la República Federal Alemana, National Socialist Crimes of Bad Conscience by Germans Against Germans under Zionist Direction/Crímenes de Mala Fe del Nacionalsocialismo por los Alemanes en contra de los Alemanes bajo la Dirección Sionista, y Major Attacks of Zionists against Pope Pius XII and the German Governments/Principales Ataques de los Sionistas en contra del Papa Pío XII y a los Gobiernos Alemanes. Burg ha discutido estos libros con Zündel y este último parece haberlos recibido bien.

 

 

En estos libros, Burg trata acerca del tema de los supuestos campos de exterminio nazi, Burg ha hablado con cientos de personas que estuvieron en Auschwitz y visitaron el campo en el otoño de 1945. Burg quiso ver el crematorio, los hospitales y en particular una nueva panadería muy grande. También quiso localizar las cámaras de gas, aunque en ese tiempo, tal procedimiento no se acostumbraba. Él no encontró ninguna cámara de gas. Burg así se fue formando la idea de que no existieron campos de exterminio, que las cámaras de gas nunca existieron y que tampoco hubo un plan para exterminar a los judíos de Europa. Estas opiniones fueron publicadas en sus libros y en su correspondencia con Zundel.

Burg también visitó Majdanek en tres ocasiones. Ahí sí encontró cámaras de gas, pero testificó que eran cámaras de desinfección para eliminar piojos y pulgas: esos bichos causaban epidemias. Estas cámaras eran de uso común en cada campo y cada una mostraba un letrero con el siguiente texto en alemán: “¡ Atención, gas venenoso!” junto con el símbolo de un cráneo humano simbolizando la muerte. Zuklon B era la nueva fórmula usada para desinfectar la ropa, ésta destruía los bichos sin dañar la tela.

Después de la guerra, Burg escuchó bastantes alegatos acerca de gente que fue gaseada en Auschwitz y Majdanek. Él probó que era una tontería o simple propaganda. Hasta el día de hoy, señaló, no existe ningún documento mostrando las órdenes de gasear a la gente o de quien había construido las cámaras y donde las había construido. Las autoridades alemanas han sido llamadas la “súper burocracia”. Por lo tanto, es inverosímil que no se haya encontrado un solo documento en todos estos años.

Burg dio testimonio de haber hablado con cientos de personas que sirvieron y operaron en los crematorios, pero las personas que operaban las cámaras de gas fueron imposibles de encontrar. Nadie ha publicado nada acerca de alguna declaración que diga que alguien había trabajado en una instalación para gasear seres humanos, y la literatura acerca de estos gaseos es completamente contradictoria. ¿Por qué? Porque todo fue inventado. Estas opiniones fueron publicadas en sus libros.

En cada campo habían crematorios, tenían un fin práctico, la gente moría. Cuando los alemanes ocuparon los territorios del este, se establecieron grandes campos y se dispusieron más crematorios de mayor capacidad a medida que la guerra progresaba. Hubo manifestaciones de epidemias que causaron y aceleraron las muertes. La preferencia por los crematorios fue debido a la higiene: este proceso era más higiénico que las inhumaciones y se necesitaba menos espacio.

Como cualquier otra actividad en los campos, los prisioneros se encargaban de los crematorios. Éste constituía el trabajo más difícil debido al calor y debido a que se tenían que colocar los cuerpos dentro de los hornos. Los prisioneros realizaban esta labor en tres turnos al día, y lo hacían voluntariamente. Los voluntarios se solicitaban por medio del consejo judío o la policía judía. Es importante indagar entonces, como pudo el consejo judío o la policía judía cooperar con las SS. alemanas.

Cuando estos crematorios funcionaban a toda su capacidad, las chimeneas arrojaban una gran cantidad de humo. De esta manera, era lógico que dependiendo del clima o de la hora del día, el color de las flamas fuera diferente. La gente inventó historias que supuestamente sucedían cosas malvadas dentro de éstos. Contaban que seres humanos aún vivos estaban siendo quemados. Ellos inventaron el relato de que cada crematorio era una cámara de gas. Incluso llegaron al punto de que tales autores dejaron volar tanto su imaginación, que cuando observaban humo de color azul, interpretaban que los judíos estaban siendo quemados [en los campos no sólo había judíos].

Otros inventaron el relato que judíos aún vivos estaban siendo empujados hacia los hornos. Burg testificó que le hubiera gustado ver a un judío ofrecer tales testimonios durante un proceso judicial. También dijo que en tal caso, un judío hubiera sido forzado a jurar bajo los ritos de un rabino, usando la kippa (el gorrito que usan en la cabeza), sin la presencia de imágenes de Cristo, con la Biblia hebrea, en la presencia de un rabino o de un judío piadoso. Entonces éste hubiera tenido que jurar que sí había visto algo. Pero estas declaraciones falsas, estas declaraciones enfermizas, se hubieran reducido en un 99.5% ya que tales juramentos superficiales no son moralmente obligatorios para esos judíos.

En el tiempo que Burg estuvo en los campos de emplazamiento de personas, habló con 30 o 40 personas sobre las cámaras de gas y con aproximadamente 5 a 10 personas acerca de los crematorios. Él tenía una especie de permiso especial que le permitía visitar las diferentes áreas en donde los judíos estaban situados. Él trató de interrogar a varias personas de diferentes ghettos y campos, ya que, en ese tiempo ya se había dado cuenta de muchas afirmaciones falsas.

En 1946, Burg asistió a los juicios de Nuremberg, en el tiempo cuando los asuntos sobre los judíos empezaban a tratarse. Durante una de estas comparecencias, conoció a Ilya Ehrenburg y a un editor judío, quienes habían estado en Auschwitz por muchos años. Burg preguntó al editor si el había visto alguna instalación para ‘gasear’ seres humanos, él contestó que no. Ehrenburg, quien había sido el dirigente de la propaganda para el Ejército Rojo durante la guerra, dijo a Burg que él había estado en Auschwitz pero que tampoco vio nada sobre ‘gaseos’ a seres humanos. Burg había discutido de toda esta información con Zundel. Burg nunca pudo entender el énfasis que se hacía sobre los ‘gaseos’.

Burg era hijo de judíos y pasó los días de la guerra en Transnystria, un área designada por los alemanes para la gente proscrita, como los judíos. Los judíos fueron proscritos ya que habían acogido al Ejército Rojo. La gente de esta región vivía en pequeñas villas y pueblos, pero tenían que arreglárselas por sí mismos y por lo tanto, no les iba mejor que a aquellos que estaban en campos de concentración. En los campos, las autoridades alemanas cuidaban de los prisioneros, ya que, era común que fueran usados como fuerza de trabajo. Hubieron ataques hacia los judíos en estas regiones, por parte de grupos étnicos extranjeros, pero ninguno de estos ataques fue organizado por los alemanes.

En 1946 y 1947, Burg vivió en Freising, un campo para judíos desplazados, cerca de Munich en la zona estadounidense. El director fue un oficial judío estadounidense. Burg sirvió ahí como delegado: él organizó la policía, la prisión, el diario, y los asuntos culturales. Organizó grupos y los condujo a las proximidades de Bavaria (el sur de Alemania), para mostrarles los lugares de interés, los museos y castillos. Sus experiencias en el campo fueron incluidas en su libro ‘Guilt and Fate / Culpa y Destino’.

Burg había leído un pasaje del folleto ‘Did Six Million Really Die? / ¿Realmente Murieron 6 millones?’:

La primera propuesta nazi para la solución Madagascar, fue hecha con asociación del Plan Schacht de 1938.

Burg testificó que la emigración de judíos desde la Alemania nazi, que nunca llegaron a Palestina, fue dificultada por los Sionistas. Los Sionistas impidieron que los judíos se dirigieran a otros países, ya que su interés era hacer que los judíos fueran a Palestina, adicionalmente, la mayoría de los países prohibieron la entrada de la emigración judía.

El Reich alemán quiso expulsar a los judíos: cómo y donde, fueron asuntos secundarios. La gente bajo el mando de Göring, al encargarse de los judíos, optaron por un plan propuesto por el fundador del movimiento Sionista, Theodor Herzl, que consistía en mover a los judíos a Uganda o a Madagascar. Ambas colonias pertenecían a Francia. El plan no funcionó, pero la sola existencia del plan, prueba que, por lógica, la liquidación de judíos nunca existió. La fuerza de trabajo que representaron fue necesaria. Burg hizo énfasis en que no hubo liquidación de judíos por parte de los alemanes.

El Acuerdo de Transferencia (Haavara) de 1933 fue uno de los incidentes más notables en la estructura del Holocausto. Bajo este acuerdo, se planeó que aproximadamente 2.5 millones de judíos fueran trasladados en camiones. El acuerdo nunca fructificó ya que los Sionistas no pudieron trasladar tal número de judíos a Palestina.

Burg ha descubierto que, los líderes Sionistas alemanes solicitaron, ya en 1933, que los judíos portaran la estrella de David amarilla. Los Sionistas no vieron en esto un insulto, sino un gesto heroico, tal y como las SS portaron la suástica. En 1938, el director del movimiento Sionista en el Tercer Reich, hizo portar a los judíos la estrella amarilla en contra de los deseos de Göring y Goebbels.

Burg escribió en su libro acerca de la cooperación que existió entre los líderes del Sionismo, incluyendo a David Ben-Gurion, con el régimen Nazi antes de la guerra. Muchos días después de que Hitler había sido nombrado Canciller, Rabbi Leo Baeck, anunció públicamente que los intereses del judaísmo eran idénticos a los intereses del Nacional Socialismo. Burg testificó que Baeck quiso decir ‘Sionismo’ y no ‘Judaísmo’. En ese tiempo, los Sionistas constituían el 1.5% de la población judía en Alemania. Unos días después otro líder Sionista haría una declaración similar. El sentido de estas declaraciones, testificó Burg, era la siguiente: “Nosotros los judíos nacionalistas, es decir, los Sionistas, estamos de acuerdo con este régimen. No nos avergonzamos de nuestras ideas nacionalistas”. Los alemanes que tuvieron que hacerse cargo de la cuestión judía, cooperaron inmediatamente con esta minoría de judíos con el fin de probar al mundo entero que ellos no eran anti-judíos sino que cooperaban con los judíos.

A principios de la década de los 30 del siglo pasado, como resultado de esta cooperación entre Nazis y Sionistas, aproximadamente 120.000 judíos emigraron desde Alemania hacia Palestina. Sin embargo, las dificultades comenzaron cuando Inglaterra, que administraba Palestina, se rehusó a permitir la inmigración debido al malestar árabe.

Los Sionistas en Alemania trabajaron organizando escuelas para niños, con clases de hebreo, tiendas para jóvenes, etc., para ayudar a preparar a la gente en su migración a Palestina. Los Sionistas sólo estaban interesados en la migración a Palestina e hicieron todo lo que estuvo a su alcance para asegurar que ningún otro país aceptará a los judíos. Los Nazis estaban interesados en facilitar la migración de los judíos tan pronto fuera posible. No obstante, la cooperación entre Sionistas y Nazis continuó hasta 1942, con gente como Adolf Eichmann, Golda Meir y David Ben-Gurion, fecha en la que en opinión de los Sionistas, se cumplió el objetivo. Burg declaró que, incluso llegado este punto, la derrota de Alemania fue vista por los Sionistas como “las ratas abandonando un barco que se hunde”.

Burg discutió frecuentemente el tema de la cooperación de los Nazis y los Sionistas con Zundel. Burg creyó que los Sionistas fueron los culpables de que los alemanes fueran derrotados. Y para borrar cualquier rastro, los Sionistas se comportaron como el ladrón astuto que corre hacia la policía gritando “¡ Detengan al ladrón!” Fue la tarea de Zundel el luchar en contra de esto y Burg declaró que podía ayudarle. ¿Por qué? “Porque de otra manera nunca llegará la reconciliación entre las personas. La verdad está revelándose poco a poco, así es como, el odio en contra de los judíos está creciendo, provocado por los líderes Sionistas”.

Zundel dijo a Burg que gracias a su libro ‘Guilt and Fate’, publicado en 1962, él se convirtió en lo que es ahora, un luchador por la verdad, un luchador en contra de las falsas acusaciones hechas a su pueblo.

Burg testificó que no hubo aniquilamientos en los campos de concentración. Las personas saludables fueron usadas para trabajar en forma voluntaria, Burg puntualizó que, incluso una jaula de oro representa una limitación e incluso un crimen, pero la invención de las cámaras de gases tuvieron origen en mentes enfermas. Burg quiso demostrar que incluso en Birkenau, donde supuestamente ocurrieron las muertes por gases, los judíos, hombres y mujeres, tuvieron trato preferencial. Un ejemplo de esto fue Benedikt Kautsky, judío con convicción en el movimiento mundial Socialista- Marxista. Kautsky estuvo en Birkenau durante la guerra realizando labores de oficina. Su madre, de 79 años de edad también fue enviada a Birkenau. Cuando ella enfermó, se le dispuso un cuarto individual y una dieta especial ordenada por el doctor. Esto fue “trato preferencial”, otorgado con el fin de prolongar la vida de la mujer, si es que no se curaba. Cuando fue liberado el Dr. Kautsky, regresó a Viena, Austria, en donde continuó su trabajo científico. En 1946, inmediatamente después de su liberación, el Dr. Kautsky fue uno de los primeros en publicar un libro, que llevó el título en alemán ‘Teufel und Verdammte / El Diablo y los Condenados’  Burg testificó que ese libro decía la verdad y que tenía verdadero valor histórico, sin embargo, toda la edición fue destruida. Un año y medio más tarde, publicó otra edición en la cual reescribió varios párrafos e hizo cambios, pero no lo cambió completamente. No existe documentación acerca de cámaras de gas y Kautsky admitió que él nunca vio ninguna cámara de gas por sí mismo.

En ‘Schuld und Schicksal / Guilt and Fate / Culpa y Destino’, Burg trató acerca de los ghettos de Varsovia y Lodz. Cuando las tropas alemanas ocuparon Varsovia, ellos quisieron concentrar a toda la población judía. Verdaderos ghettos estuvieron ahí por siglos, pero los judíos emancipados o que asimilaron la cultura anfitriona vivían lejos de esos ghettos. Cuando llegaron los alemanes, quisieron tener a todos los judíos juntos. En un sentido práctico, la función del ghetto también era proteger a la población judía.

Los Sionistas se mostraron satisfechos con este arreglo. Un Consejo Judío designado fue la entidad que gobernaba el ghetto. Ellos tenían su propia policía, cárceles y cualquier otra cosa. Naturalmente, algunos fueron crueles, uno de estos fue el vicepresidente de la policía, quien más tarde fue ejecutado. En consideración de Burg, esta ejecución fue la evidencia de que los judíos se defendían de la minoría Sionista, quienes usaban a la mayoría para sus propios fines.

En el ghetto de Lodz, existía una fuerza policíaca judía, un banco judío, moneda de cambio judía, oficina de correos judía y estampillas de correo para uso exclusivo de los judíos, existían talleres de manufactura para judíos. Si existía un plan alemán para exterminar a los judíos ¿por qué existían talleres?, preguntó Burg, ¿por qué destinar recursos económicos con esos fines? ¿Por qué entrenar a los niños para el trabajo? Gracias a Berlín, testificó Burg, los judíos tuvieron la oportunidad de vivir en un pequeño Israel. Sin embargo, todas estas cosas no deben decirse en la actualidad, ya que, ahora debe decirse que existió un Holocausto y que los judíos fueron asesinados.

Toda la población alemana, no sólo los Nazis, fueron culpados falsamente, y no sólo a los alemanes que vivían en Alemania, sino a cualquier alemán que viviera en cualquier parte del mundo. Burg tiene interés en este asunto, ya que, él piensa que esto provoca el odio en contra de los judíos. Los líderes Sionistas, tienen interés, incluso en la actualidad, en que se creen progroms o progromos en contra de los judíos, y el testimonio de Burg tiene el objetivo de prevenir esto.

En 1982, Zundel escribió a Burg en dos ocasiones, pidiéndole ayuda en contra de los Sionistas de Toronto quienes estaban provocándole dificultades, y para pedirle su recomendación. Zundel creyó que esto podría ayudarle mucho.

Burg frecuentemente discutió con Zundel acerca del desagravio a los alemanes. En la opinión de Burg, si el Holocausto hubiera sido verdadero, no se les debería ningún tipo de desagravio a los alemanes, pero “ellos lo están pagando”. El trató acerca de este tema en su libro ‘Guilt and Fate’, el cual, Zundel leyó en los años 60 del siglo pasado. Israel fue creado en 1948 y, en 1951 todavía no tenía relaciones diplomáticas con la República Federal Alemana. En ese año, Israel otorgó al Dr. Nahum Goldmann, representante del Congreso Judío Mundial, autoridad para negociar con el Dr. Adenauer, el Canciller de la República Federal Alemana en lo concerniente a la culpabilidad alemana. Israel, bajo el gobierno de Ben Gurion, exigió una indemnización por “los daños ocasionados por los alemanes”, pero nunca quiso sentarse en una mesa con ellos para negociarlo. Las negociaciones entre Goldmann y Adenauer, tuvieron como resultado el reconocimiento de Alemania de haber cometido un holocausto en contra de los judíos.

Burg testificó que era muy importante distinguir estas indemnizaciones al estado de Israel. Israel no existía durante la Guerra. Éste estaba en Palestina en ése entonces y pertenecía a la administración británica. Durante toda la Segunda Guerra Mundial, ningún soldado alemán estuvo en Palestina. ¿ Cuáles son entonces los daños y qué es lo que hay que reparar?, preguntó Burg.

Israel presentó entonces un documento a Alemania, declarando que tres de cada cuatro judíos europeos murieron y que el pueblo de Israel demandaba una indemnización por ellos. Ese documento nunca afirmó que hubieran muerto 6 millones. Tampoco que hubieran sido gaseados ni asesinados. La palabra usada fue ‘muertos’. La suma inicial de 3.5 marcos ha crecido y no sólo será pagado por los alemanes que viven en la actualidad, sino los que nacerán el día de mañana. Las sumas se justificaron por invenciones de 40 millones de judíos gaseados, luego que 25, y finalmente aproximadamente 6 millones, que es la cifra que ha permanecido.

Burg testificó que la razón por la que continuaron los juicios de crímenes de guerra tanto en la República Federal Alemana y en los Estados Unidos, fue para probar a todo el mundo que los alemanes, incluso los que nacieron en Estados Unidos y en Toronto, son culpables de haber asesinado y gaseado judíos.

Israel existió sobre la tesis de que el Holocausto sucedió y el pueblo alemán de la República Federal pagó con dinero honesto ganado con su trabajo a Israel, que es un barril sin fondo.

Goldmann también negoció por parte de aquellos que fueron liberados de los campos de concentración. Estos son los que han sufrido, dijo Burg, a quienes se les quitó sus hogares y apartamentos, quienes dejaron todo atrás. Fueron dispuestas oficinas especiales alrededor del mundo, en cada lugar donde Alemania tuviera alguna representación, con el fin de solicitar las indemnizaciones.

Burg discutió con Zundel acerca del responsable por la enemistad entre alemanes y judíos. Le dijo a Zundel que la Primera Guerra Mundial trajo a los Sionistas un lugar para vivir en Palestina, pero no era una nación. Esto era muy pequeño y era necesario hacer todo lo posible para crear el estado de Israel. Esto sólo fue posible a través de la guerra, se avecinaba una guerra mundial. Los Sionistas, por lo tanto, cooperaron con quien fue conocido como Wall Street. Wall Street causó la Segunda Guerra Mundial de la misma manera que causó la Primera. Hizo notar que éste también apoyaba al régimen de Hitler ya que supuestamente pelearía contra los comunistas. De la misma manera que los Nacional Socialistas no quisieron subordinarse a Wall Street, los comunistas tampoco lo hicieron. El plan de Churchill, junto con los Sionistas y los estadounidenses de Wall Street, era asegurarse que los Nacional Socialistas y los Comunistas “se consumieran entre ellos”. Chaim Weizmann declaró que él había deseado sacrificar a los judíos alemanes en favor del estado de Israel.

Burg estimó que Zundel había mostrado una sincera curiosidad acerca de la cuestión judía. Zundel era alemán y él estaba defendiendo a su país, dijo Burg. Zundel le había dicho que defender a su pueblo era el trabajo de su vida ya que ellos estaban siendo difamados, Burg también creía esto y lo había expresado en sus libros “una y otra vez” y como resultado de esto, sufrió en forma personal. Burg estuvo satisfecho de que Zundel aprendiera un poco de él al no hablar automáticamente de “judíos” sino, en su lugar, hacer énfasis en los “Sionistas”.

Si la historia del Holocausto sigue por el camino que ha tomado en la actualidad, dijo Burg, nunca habrá una relación sincera entre los judíos y los alemanes, y es lo que los líderes Sionistas buscan que pase. Burg dijo a Zundel que películas como Holocausto y Shoah constituyen un reforzamiento de la falsificación de la historia, hechas con el propósito de mostrar la razón por la que los alemanes deben pagar y deben seguir pagando por unas cuantas generaciones más.

Burg declaró que si Zundel hubiera ido con la corriente, nunca hubiera tenido los problemas que tuvo. Hubiera tenido una vida mucho más sencilla. También era la opinión de Burg que si existieran otros dos o tres Zundels, habría también mejores judíos.

La Corona [canadiense] decidió no volver a interrogar a Burg.

 

Traducción: A. Villarreal de B. y T 

Fuente

 

Texto en inglés http://www.zundelsite.org/english/dsmrd/dsmrd24burg.html

Los sionistas de Hollywood y su lavado de cerebro

El paradigma de Kerbala


Tras el asesinato de Alí en una mezquita de Kufa (actual Irak) asume como califa en el año 660, el gobernador de Siria, Moawiya, dando inicio a la dinastía de los Omeyas. La primera resistencia que tuvo fue de parte de un hijo de Alí (segundo Imam), llamado Hasan, quien respaldado por los “seguidores” y de acuerdo a lo que invocaban como última voluntad de Alí, se había proclamado Califa. Ante la dualidad del poder, Moawiya lanzó su ejército contra Hasan, quien finalmente terminó reconociendo al gobierno califal existente. Moawiya desconoció todo lo acordado, y tras su muerte subió al trono califal su hijo Yazid, previo asesinato de Hasan como potencial sucesor. El enfrentamiento entre las dinastía de los Omeyas y los Shiítas estaba planteado. Yazid continuaría con la política hostil de su padre hacia los shiíes. El otro hijo de Alí y tercer Imam, Hoseyn, estaba decidido a no dar su obediencia al califa Yazid, aún sabiendo perfectamente que dentro de los planes del gobernante estaba su asesinato. Y aquí es cuando empieza a tener lugar uno de los acontecimientos más importantes en la historia del Islam.
El enfrentamiento entre Yazid y Hoseyn no tenía vuelta atrás. Veamos como narra esta tragedia Allamah Tabatabai en su libro “El Islam Shiíta”: “Era consciente –Hoseyn- de que su muerte era inevitable frente al imponente ejército de los Omeyas, apoyado como estaba por la corrupción de ciertos sectores, el declinar espiritual y la falta de fuerza de voluntad entre la gente... Alguna gente de La Meca le advirtió del peligroso movimiento que estaba liderando. Pero respondió que se negaba a prestar su fidelidad y dar su aprobación a un gobierno injusto y tirano”. En la ciudad de Kufa, nos dice Tabatabai, los soldados de Yazid habían asesinado al representante de Hoseyn, mientras le esperaban para matarlo. “No tenía ninguna otra posibilidad más que marchar al frente y enfrentar la muerte... En el desierto de Kerbalá, el Imam –Hoseyn- y su entorno fueron rodeados por el ejército de Yazid. Durante ocho días permanecieron en el lugar mientras el círculo se estrechaba y aumentaba el número del ejército enemigo. Finalmente el Imam y su familia, junto a un pequeño número de compañeros fueron encerrados por 30.000 soldados”. Hoseyn seleccionó a sus compañeros, y en breve discurso les dijo que no esperaran otra cosa más que la muerte y el martirio. Además, les pidió que se fueran, pues el enemigo sólo estaba interesado en su persona, liberándolos de toda obligación. Luego de apagadas las luces en la noche, algunos se dispersaron, pero un puñado de sus íntimos ayudantes se quedaron junto a él. Nuevamente les pidió a los que se quedaron que salvaran sus vidas, pues Yazid sólo quería terminar con él. Pero en esta ocasión, el reducido número de personas que lo acompañaban se negaron a retirarse, respondiendo “que no se desviarían ni por un momento del sendero de la verdad, de la cual él era el líder y que nunca lo dejarían solo. Dijeron que defenderían su causa hasta la última gota de sangre y mientras pudieran empuñar una espada”. Al noveno día recibió el ultimatum, “obediencia o guerra”. Luego de hacer sus oraciones, determinó presentar batalla. Al día siguiente, se alineó frente al enemigo con su pequeño grupo de seguidores, menos de 90 personas, quienes “combatieron desde la mañana hasta quedar sin aliento, y el Imam y todos los jóvenes hashimitas y compañeros fueron martirizados”.
La tragedia de Kerbalá es conmemorada hasta el día de hoy como la Ashura. El día de la Ashura rememora anualmente el martirio del tercer Imam y nieto de Mahoma. Y ¿por qué hacemos referencia a este episodio de la historia islámica, nosotros que somos argentinos y mayoritariamente cristianos? Porque hay ejemplos que son universales, carecen de tiempo y lugar, de nacionalidad, credo y raza. Frente a una realidad argentina tan triste y oprobiosa, con una clase dirigente de lo peor que hemos tenido en muchos años, dirigimos nuestros pensamientos hacia gestos heroicos como el protagonizado por el Imam Hoseyn. Habiendo tanta gente que se desdice de lo que afirma, borrando con el codo lo que escribe con la mano, tan faltos de palabra, de conducta, de moral y de tantas virtudes importantísimas para nuestra sociedad, ante tanta mediocridad y bajeza humanas que vemos a diario, de aquellos que son incapaces de sostener una verdad aunque arrecien tormentas persecutorias, no podemos evitar el recordar en estas líneas aquella epopeya de la historia universal. Porque el hombre debe marcarse objetivos nobles y para lograrlos, debe emplear todo su esfuerzo. Debe defender su libertad con su vida. No abandonar la senda de la verdad y cambiarla por la mentira. El hombre debe combatir para preservar los valores humanos y divinos. Porque si no se sacrifica algo en el camino de la justicia, se pierden los valores espirituales y humanos. Si el hombre y la sociedad no pueden tomar partido contra quienes les oprimen, al menos no deben unirse a ellos.
Como muy pocos hombres en la historia, Hoseyn mantuvo su palabra inclaudicable hasta el final. No se rindió. Como aquellos patriotas que en la Vuelta de Obligado enfrentaron a las dos potencias colonialistas más poderosas del mundo, que prefieron presentar batalla y morir antes que dejar pasar a la escuadra anglofrancesa. Perdieron la batalla, pero ganaron la inmortalidad. Muchos compatriotas y hombres de bien en todo el mundo, padecen a diario las consecuencias de mantenerse firmes en sus convicciones. No son conocidos, no tienen prensa, ni son famosos. Pero son nuestros y valen mucho. El paradigma de Kerbalá representa un modelo a seguir en este mundo injusto, para todos los hombres libres que buscan la verdad. Porque todos los días son Ashura, y toda la tierra es Kerbalá.-

Por E.M.

Tailandia, el olvidado miembro del Eje

el Aeropuerto Templehof de Berlin, Alemania ..... Dos cabezas que se inclinan como uno, Herr Adolf Hitler, el führer de Alemania (izquierda), le desea buen viaje al rey Prajadhipok de Siam , cuando éste, acompañado de su esposa, abandonó Berlín después de su prolongada visita a la capital de Alemania.  14 de Julio de 1934 (Foto de News International)

 

Berlín, Alemania ..... Durante su reciente visita a Berlín, su Majestad, el Rey de Siam Prajadhipok (centro con abrigo oscuro), visitó la tumba del Soldado Desconocido alemán, después de este rito, pasó revista a la guardia de honor compuesta por miembros de la Reichswehr - 12 de julio 1934 (Foto de News International)

Fuente de ambas imágenes: http://www.2bangkok.com/08/lastdays.shtml

Nazismo y continente africano

"También aquí está nuestro espacio vital"

Cartel reivindicando las antiguas colonias alemanas (todas en el África negra o subsahariana) perdidas con el Tratado de versalles de 1919.

Durante los años treinta, existió una organización llamada ReichsKolonialBund que se dedicó a hacer propaganda por todo el Reich, para concienciar a la población de que dichos territorios fueron robados por el Diktat de Versalles. Sus miembros vestian con un uniforme similar al de los Schutztruppe, las antiguas tropas coloniales alemanas.

En cualquier caso, la idea nunca fue muy tenida en cuenta por las máximas autoridades, que pensaban que el verdadero Lebensraum alemán estaba en Europa oriental. Así en 1943, la organización fue disuelta por ser "irrelevante durante la guerra", terminando así los sueños de los viejos africanistas alemanes, muchos de ellos veteranos de las batallas de la Primera guerra mundial en los frentes del África oriental.

 

Reichkolonialbund

 

En las dos fotos anteriores, un veterano negro (askari) tomando parte en la primera Conferencia de la Liga Colonial del Reich, celebrada en Bremen en el año 1938, tomadas de Koloniales Bildarchiv

 

El Lawrence alemán: Wilhelm Wassmuss


Revueltas germanófilas en Persia y Afganistán
 
 
Si bien fue la revuelta de las tribus árabes contra el Imperio Otomano la que "triunfo"(nunca mejor puesto entre comillas),no fue para nada un hecho aislado y de monopolio de la Entente. Las potencias centrales con Alemania a la cabeza siempre se mostraron partidarias a fomentar y a apoyar todo tipo de movimiento político y/o nacionalista contrario a los intereses de los Aliados (Irlanda, Rusia, Africa Oriental,etc)y una zona tan inestable como las siguientes no iban a pasarles desapercibidas.

Asia Central era una zona de vital importancia. Con multitud de recursos petrolíferos (aunque en la época aun no eran del todo vitales),en la órbita de influencia tanto rusa como británica y a las puertas de la India británica era pues una zona de suma relevancia. Si bien fueron tanto los turcos como los alemanes los que más se volcaron en conseguir alguna clase de influencia pronto los primeros, conocedores de la indiosincrasia de las tribus que habitaban en esa zona,abandonaron la empresa dejando a sus aliados europeos en tan dificil empresa. Si un occidental resaltó el la zona (aparte de Lawrence de Arabia por supuesto)ese fue el alemán Wilhelm Wassmuss




Conocido como el "Lawrence de Arabia alemán" o "Wassmuss de Persia" este antiguo diplomático alemán (había sido consul en diversas ciudades de Oriente Medio) intentó organizar una fuerza insurgente iraní que diese para las Potencias Centrales el control de las costas del Golfo Pérsico. Al igual que su homólogo británico se "confundió" con las tribus de la zona adoptando tanto su vestimenta como sus constumbres. Enamorado de la zona era también una persona fanática y de ideas quizás demasiado megalómanas y optimistas que le alejaban de la realidad. Atravesó desiertos y recorrió pueblos entregando propaganda antibritánica y alentando a la revuelta contra el poder del Imperio Británico. Algunas localidades y tribus como los Qashqai se unieron a la causa y se convirtieron en bases avanzadas de insurgentes pro-germanos y por ello las autoridades británicas ofrecieron una importante recompensa por su captura. Tanto la audacia de Wassmuss como los triunfos alemanes en otros frentes empezaron a arrastrar a más tribus hacia posiciones pro-germanas y pronto esta tendencia se extendió a la zona de Afganistán. Allí llegó en Julio de 1915 una expedición alemana compuesta por diplomáticos y militares y con la presencia de lideres nacionalistas indios antibritánicos que provenientes de la zona del actual Irán atravesaron el desierto de sal de Kavir en una travesía casi épica, llegando a Kabul a mediados de Octubre del mismo año. De esa manera se pretendia arrastrar a Afganistán a la "guerra santa" proclamada por el Imperio Otomano contra los británicos y por "contagio" provocar una revuelta en la India. Pero todo este megalomano plan se vino abajo cuando el emir de Kabul no se dejó impresionar por las promesas europeas que al fin y al cabo no venían apoyadas por ningún ejército ni contaban con un apoyo económico sufuciente. Para un región con tantas carencias como Afganistán y rodeado de ejércitos aliados tanto por el norte(rusos)como por el este y el sur,resultaba una tarea más que dificil la de comenzar una revuelta contra el todopoderoso Imperio Británico. Mientras en Persia con la Marina Británica controlando los mares y trayendo continuamente hombres y suministros,las pocas tribus levantadas en armas se replantearon su situación y de una manera oportunista negociaron con los Aliados poniendo fin a los sueños de Wassmuss

 

Más info en: http://en.wikipedia.org/wiki/Wilhelm_Wassmuss